El Atlético de Madrid fue uno de los muy pocos equipos que no realizó fichajes para el Mundial de Clubes, una decisión que ha vuelto a costarle caro. El conjunto rojiblanco necesitaba ganar por tres goles de diferencia ante Botafogo para avanzar de ronda, pero solo logró un 1-0 que lo dejó fuera de la competición.
Esta falta de refuerzos no es nueva. Ya en el pasado mercado de invierno, con el equipo líder de LaLiga y con opciones reales de competir por todos los títulos, la dirección deportiva volvió a quedarse de brazos cruzados. La consecuencia fue clara: el equipo se cayó física y futbolísticamente en el tramo clave de la temporada.

A pesar de la eliminación y las carencias evidentes, Enrique Cerezo, presidente del club, volvió a minimizar la situación cuando fue consultado por posibles fichajes:
“Ahora estamos de vacaciones en cuanto a fichajes”, declaró antes del partido, sin mostrar ninguna intención de reforzar la plantilla.
También respaldó la decisión del técnico Diego Simeone de mantener como dupla ofensiva a Julián Álvarez y Alexander Sorloth:
“Los entrenadores eligen siempre lo que consideran mejor. Él piensa que lo mejor hoy es Sorloth y Julián. Lo importante es que ganen y marquen muchos goles”.
El Atlético ganó, pero no fue suficiente. Y una vez más, la falta de ambición en los despachos termina pesando más que el esfuerzo sobre el campo.