El Atlético de Madrid ha dejado atrás la etiqueta de equipo ultradefensivo que lo ha acompañado durante años. Incluso su entrenador, Diego Pablo Simeone, lo dejó claro en una entrevista reciente en la Cadena COPE: “Soy un entrenador total”, respondió ante quienes todavía lo consideran un técnico puramente defensivo.
Y no solo lo dice él, lo respaldan los números. Es cierto que este Atlético no practica el tiki-taka del Barcelona de Guardiola, pero en todos los partidos de esta temporada los rojiblancos han terminado con mayor posesión que su rival.

Uno de los ejemplos más llamativos fue el duelo ante el Villarreal en el Metropolitano. Frente a un equipo competitivo que ha sabido sacar puntos en sus últimas visitas a Madrid, el Atleti dominó con un 60,6% de posesión y, lo más importante, ganó con contundencia, algo que había faltado en las primeras jornadas de LaLiga.
Ya en el debut liguero contra el Espanyol en Cornellà, los del Cholo superaron el 60% de posesión y firmaron un primer tiempo muy completo. Sin embargo, el palo de Julián y el bajón físico en la segunda parte permitieron a los locales darle la vuelta al marcador y llevarse el triunfo por 2-1.
Contra el Alavés, el Atlético volvió a tener la pelota —por encima del 60%— aunque sin lograr generar verdadero peligro en el área rival.
Curiosamente, el partido con menos posesión para el equipo madrileño fue ante el Elche, en el Metropolitano, con un 58%. A pesar del dominio territorial, volvió a faltar eficacia en los metros finales y los rojiblancos no pasaron del empate.
Ahora se viene una prueba de fuego: el Liverpool, en Anfield. Un rival de altísimo nivel y en su estadio, donde será difícil mantener el control del balón. Por primera vez esta temporada, todo apunta a que veremos a un Atlético más replegado y pragmático.