El Atlético Aviación pertenece al pasado, un equipo que destacó por su efectividad a balón parado. Y no, no hablamos del conjunto rojiblanco tras la Guerra Civil, sino de aquel campeón que incomodaba al Real Madrid y al Barcelona. El mismo que conquistó LaLiga con un gol de Diego Godín, de cabeza, tras un saque de esquina.
Pero el fútbol cambia, y el Atleti ya no es el mismo. En algunos aspectos ha mejorado, sin duda, pero en otros ha retrocedido. En los últimos años los rojiblancos han mostrado grandes dificultades a balón parado: marcan poco y encajan demasiado. Esta temporada parecía que el equipo del Cholo Simeone había encontrado la solución con la llegada de jugadores altos, capaces de defender y atacar mejor estas acciones, pero la realidad ha sido distinta. En Anfield, el Atlético cayó en los últimos minutos tras un cabezazo de Van Dijk que superó a Le Normand.

En solo cinco partidos, el Atleti ha recibido cuatro goles de estrategia: tres que no llegaron en jugada, sino de falta, penalti y corner. El Espanyol marcó de falta directa, el Alavés desde los once metros y el Liverpool tanto a balón parado como en saque de esquina.
Si el Atlético quiere volver a soñar a lo grande, necesita mejorar —y mucho— su defensa en estas acciones.