Han pasado cinco meses desde que se escribió una de las páginas más negras en la historia reciente del fútbol europeo. En el partido entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid por la Champions League, Julián Álvarez pateó un penalti en la tanda final y, según el VAR —aunque en ninguna toma se aprecia con claridad—, tocó dos veces la pelota.
La decisión del árbitro Szymon Marciniak fue anular el penalti tras una revisión muy rápida del VAR, que duró apenas 40 segundos. Lo más polémico es que nunca se ofreció una explicación clara a los aficionados, que quedaron desconcertados por lo sucedido.
Una decisión que terminó costándole al Atlético la eliminación de la Champions, tras un gran partido en el Metropolitano.
Lo que ocurrió después de esa decisión fue histórico. Horas más tarde, la UEFA lanzó un comunicado acompañado de un vídeo editado para justificar el supuesto doble toque y anunció que revisaría la normativa.
Esa normativa no ha cambiado, pero sí se ha aclarado. Ahora está claro que, si un jugador patea durante la tanda de penaltis y toca la pelota dos veces de forma involuntaria, el penalti debe repetirse.
Esto quedó demostrado en la final de la Eurocopa femenina entre España e Inglaterra, que también se decidió en los penales. La jugadora inglesa Beth Mead pateó y tocó dos veces el balón, en una jugada que recordó a la de Julián Álvarez. Lo que cambió esta vez fue la decisión del árbitro, que dijo que el penalti tenía que repetirse, lo que debería haber pasado en el derbi madrileño, recordándonos el robo que vivió el Atlético de Madrid aquella noche en el Metropolitano.