El Atlético de Madrid comenzó el mercado de fichajes de la mejor manera: incorporando con rapidez a jóvenes jugadores con mucho talento (Baena, Cardoso, Almada, entre otros). Sin embargo, el plan se fue diluyendo con el paso de los días y las últimas incorporaciones parecen más parches que fichajes estratégicos para un equipo que debería tener un proyecto sólido tanto para el presente como para el futuro.
La gran pregunta que se hacen los aficionados rojiblancos es: ¿qué ha pasado? ¿Cómo un plan que hablaba de una inversión cercana a los 200 millones de euros terminó reduciéndose a la mitad, dejando al equipo sin un central, un mediocentro y un delantero? Según Rubén Uría, se frustró una venta de unos 30 millones de euros que el club esperaba concretar, dinero que habría servido para acometer más refuerzos. Además, los rojiblancos han sufrido retrasos en cobros previstos y el incremento de capital anunciado aún no se ha materializado.
El caso De Paul
El Atlético de Madrid sí ha vendido jugadores en este mercado, pero salvo la salida de Samuel Lino, las ventas no han generado grandes ingresos. Uno de los movimientos más destacados ha sido el de Rodrigo de Paul. El argentino pidió salir y acabó en el Inter de Miami, pero lo hizo en calidad de cedido, por lo que el club no ingresó nada de inmediato. El dinero llegará en los próximos meses, cuando se haga efectiva la venta, pero todavía no ha supuesto un alivio económico.
En definitiva, estos tres factores han provocado que el plan del Atlético de Madrid para construir un equipo capaz de soñar en grande se quedara corto, con fichajes que muchos aficionados perciben más como soluciones de urgencia que como apuestas para escribir historia en el Metropolitano.