La polémica que rodea la eliminación del Atlético de Madrid frente al Real Madrid en los octavos de la Champions League sigue levantando ampollas. Este jueves, la Unión Internacional de Peñas del Atlético de Madrid y la asociación Señales de Humo han enviado un escrito a la UEFA para exigir respuestas sobre la anulación del penalti ejecutado por Julián Álvarez.
El incidente, que se remonta al 13 de marzo, marcó un antes y un después en la participación del club rojiblanco en la competición europea. El gol de Álvarez, que inicialmente fue dado por válido, fue anulado tras la intervención del VAR, sellando la eliminación del Atlético de Madrid. Las dudas sobre esa decisión después de que el vídeo del comunicado de la UEFA no coincidiera con el original revisado por los árbitros incrementaron.
En su escrito, las organizaciones rojiblancas han dado a la UEFA un plazo de diez días para que aclare esta discrepancia. “Seguimos reclamando transparencia, rigor y respeto, tanto para el club como para sus seguidores”, declararon ambas entidades en un comunicado conjunto, reflejando el sentir general de una afición que no ha dejado de exigir justicia desde aquella noche.
El documento presentado a la UEFA incluye nuevas pruebas que refuerzan que el vídeo divulgado tras el encuentro no corresponde al material real del VAR. Según fuentes cercanas a la iniciativa, este acto forma parte de una estrategia para llevar el caso hasta las últimas consecuencias si no obtienen respuestas satisfactorias en el tiempo estipulado.
La indignación de la afición rojiblanca tras el partido, no se limita solo a las decisiones arbitrales. También apunta a lo que consideran un trato desigual y falta de transparencia por parte de las instituciones futbolísticas. Este nuevo paso formal demuestra la determinación de la hinchada colchonera por defender el honor de su equipo en un caso que consideran emblemático.
Por su parte, la UEFA no ha emitido aún una respuesta oficial al escrito presentado hoy. Mientras tanto, el Atlético de Madrid mantiene un discreto silencio institucional, permitiendo que sean los colectivos de aficionados quienes lideren esta cruzada.
La resolución de este caso podría sentar un precedente importante en el fútbol europeo, tanto en términos de la transparencia del uso del VAR.