Por Thanos Nikitaras 
Después de muchos años y demasiados parches, al Atlético de Madrid le ha llegado la hora de actuar: fichar jugadores buenos, jóvenes y con proyección que puedan ayudar tanto en el presente como en el futuro.
Los números no mienten. El Atleti lleva años teniendo una de las plantillas con mayor media de edad en competiciones importantes como la Champions League o el Mundial de Clubes. Es raro el día que se enfrenta a un equipo más veterano. Y eso es resultado directo de una decisión que se tomó al inicio de la década: renovar a los pilares del equipo con contratos muy elevados. El club había pasado años vendiendo a sus mejores jugadores. Con Simeone, por fin, llegó la estabilidad que pidió Miguel Ángel Gil allá por 2012. El objetivo era estar cinco años seguidos en Champions; ya llevamos trece.
Pero ese éxito vino acompañado de una plantilla que envejece mal. Se renovó a Oblak, Giménez, Saúl, Koke… regresó Griezmann con un gran contrato. Y mientras tanto, el mercado se llenó de operaciones dudosas: jugadores en declive, cedidos de última hora, y nombres que poco tenían que ver con las necesidades reales de Simeone. Reguilón, Doherty, Memphis, Witsel, Azpilicueta con 33 años, Javi Galán, Paulista, Söyüncü… eran parches. Muchos de ellos, de corto recorrido. Y la temporada 2023/24 lo dejó claro: el Atleti se quedó lejos del nivel necesario. Fuera de la Copa ante un Bilbao superior, cuarto en LaLiga por detrás incluso del Girona. Un Atleti cada día más pequeño.
La debacle ante Osasuna (1-4 en el Metropolitano) fue el aviso definitivo. La limpieza ya empezó: salieron Savic, Morata, Paulista, Söyüncü, y Hermoso no fue renovado. Todos rondaban o superaban los 30 años. El dato es revelador: ninguno de ellos se ha ido a una gran liga salvo Hermoso, que apenas juega en la Roma.
El verano pasado se quedaron cortos
La dirección del club sabe que debe dar el siguiente paso. El verano pasado lo intentaron: llegó Julián como delantero joven y de nivel top; se apostó por Gallagher, centrocampista del Chelsea con gran proyección; se fichó a Le Normand, titular con España; y se firmó un gran segundo delantero. Fue un paso en la dirección correcta, aunque insuficiente.
Ahora, el cambio debe completarse. Oblak (32), Giménez (30), Koke (33), Griezmann (34), De Paul (31)… todos jugadores importantes, pero que ya no pueden ser la base a futuro. El club no puede seguir equivocándose renovando veteranos sin rendimiento, como hizo con Lemar o Saúl. Por eso son tan importantes los perfiles como Cardoso (23), Baena (23) o Ruggeri (22). Jugadores con presente, pero sobre todo con futuro. Igual que Giuliano o Barrios, formados en casa y con hambre.
El Atlético de Madrid debe construir un nuevo equipo. Un equipo joven, competitivo, ambicioso. Jugadores con margen de mejora, que quieran crecer con Simeone. Lo demás, lo sabe hacer el Cholo. Pero no puede trabajar con parches. Es hora de mirar adelante. Con valentía.
Ruth Romero 
Álvaro Guibelalde