En el Atlético de Madrid se ha empezado una revolución, tanto en la búsqueda de juego, como en rejuvenecer la plantilla, con la llegada de fichajes como Cardoso, Baena, Almada, Matteo, Hancko y Pubill, con una media de 23,8 años, que darán un salto de calidad a la plantilla. Pero lo que más atormenta a Simeone es la velocidad en el juego.
Inicio de los entrenamientos
En la preparación de la pretemporada Simeone ha insistido en mover rápido el balón dejando frases al público como: “¡Nos movemos! ¡Nos movemos! ¡Rápido! Con dos movimientos, la jugada aparece”.
Con la llegada de gente joven y rápida como Pubill y Matteo, llegando a los 33 km/h de velocidad, Simeone quiere animar a su equipo insistiendo en la velocidad tanto de juego como con el balón, para así enfrentarse al rival y dejarle sin saber qué hacer: “¡No quiero tortugas! Rápido, rápido, pasamos rápido, rematamos rápido, no nos paramos, no damos tantos toques, no arrastramos el pase”.
El partido contra el PSG, un punto de inflexión
Tras la derrota, Simeone se quejó de que era imposible competir contra los equipos grandes que tenían la capacidad de crear un gran juego con pocos pases y a gran velocidad, si no tenían a los jugadores necesarios que crearan ciertas oportunidades.
Gente como De Paul, Koke y Griezmann, eran los encargados de hacerlo, pero la marcha de uno y la edad de otro no hacen posible esa evolución en el terreno de juego que tanto inquieta al entrenador, algo en lo que no ha parado de insistir últimamente y gracias a las nuevas llegadas va a suponer un cambio de época en este nuevo Atlético de Madrid.