Rodrigo De Paul no encontró su mejor versión contra PSG, lo que genera dudas sobre su continuidad en el once.
El Atlético de Madrid encara un Mundialito exigente, y el rendimiento de Rodrigo De Paul será un factor determinante para el equipo. Sin embargo, su actuación en el último partido ha dejado mucho que desear. Frente a un rival exigente, el argentino ofreció una de sus peores versiones, recordando al De Paul irregular de campañas pasadas, lejos del nivel que exhibió el año pasado.
Con contrato vigente hasta 2026, el futuro de De Paul en el Atleti está rodeado de interrogantes. Su nombre resuena en el mercado italiano, donde varios equipos estarían interesados en hacerse con sus servicios si no logra mantener el nivel demostrado en la pasada campaña. Aún no se ha hablado de una posible renovación, y su salida no parece descabellada si no recupera su mejor versión.
En el partido de ayer, la entrada de Koke al campo fue un punto de inflexión para los colchoneros. Durante la primera parte, el equipo se mostró carente de ideas, pero la llegada del capitán cambió por completo la dinámica. Con Koke en el campo, el Atleti comenzó a generar peligro, revitalizando un mediocampo que había sido superado por jugadores como Vitinha y Fabián. Este rendimiento plantea una incógnita de cara al próximo encuentro contra Botafogo: ¿apostará Simeone por Koke desde el inicio o seguirá confiando en De Paul junto a Pablo Barrios?
Por su parte, Koke demostró que sigue siendo un pilar fundamental del equipo, tanto por su visión de juego como por su capacidad para liderar desde el centro del campo. En contraste, De Paul necesita encontrar regularidad y aportar el dinamismo que lo llevó a ser uno de los mediocampistas más destacados la temporada pasada.
El esfuerzo en el Atleti no es negociable, y si el equipo quiere aspirar a grandes cosas, necesitará que De Paul recupere su mejor versión. La presión está sobre el argentino, quien tiene que demostrar que puede ser ese jugador diferencial en partidos clave. El próximo encuentro será una prueba decisiva, tanto para el equipo como para un De Paul que está en el punto de mira.