Por Javier Astudillo 
La temporada 2024-2025 ha sido testigo del ascenso de Iker Luque, un extremo derecho de 19 años que ha dejado una huella imborrable en el Atlético de Madrid B. Formado en la cantera rojiblanca desde los nueve años, Luque ha demostrado ser una pieza clave en el esquema de Fernando Torres, destacando por su velocidad, desborde y compromiso con el equipo. Sin embargo, su destacada contribución ha pasado desapercibida para muchos debido a la presencia de compañeros como Adrián Niño y El Jerabi, quienes han acaparado los reflectores de la cantera colchonera.
De la cantera al filial: una transición exitosa
Tras una destacada temporada 23-24 con el Juvenil A, donde contribuyó a la conquista de la Liga y la Copa de Campeones, Luque fue ascendido al Atlético de Madrid B para disputar la Primera RFEF. A pesar de su rendimiento, su protagonismo ha quedado eclipsado por figuras como Adrián Niño, máximo goleador del equipo.
Estadísticas que respaldan su impacto
Durante la temporada 2024-2025 con el Atlético de Madrid B en la Primera Federación, Iker Luque ha disputado 26 partidos, de los cuales ha sido titular en 10, acumulando un total de 1.021 minutos en el terreno de juego. En este periodo, ha anotado 1 gol y ha proporcionado 3 asistencias. Además, podemos afirmar que pese a su estatura de 1,68 cm, Luque es un jugador que destaca por su velocidad para regatear y superar rivales sin mucha dificultad, e implicarse defensivamente a la hora de ejercer la presión sobre el rival, podemos decir que es el Giuliano Simeone del conjunto de Fernando Torres.
Opinión personal: un jugador con alma colchonera
Desde mi perspectiva, Iker Luque encarna los valores que todo aficionado colchonero aprecia: entrega, humildad y pasión por el escudo. Su capacidad para desequilibrar en el uno contra uno, sumada a su incansable trabajo defensivo, lo convierten en un jugador completo y esencial en el esquema de Fernando Torres. Además, su historia de superación, desde sus inicios en Vallecas hasta consolidarse en el filial rojiblanco, es un ejemplo inspirador para las futuras generaciones de la Academia.
Aunque ya hemos podido ver que el foco de atención se encuentra sobre jugadores como Adrián Niño, es importante no perder de vista el enorme potencial de Luque. Con tiempo y oportunidades, podría convertirse en una de las piezas más valiosas del primer equipo.
En resumen, la temporada 2024-2025 ha sido un año de consolidación para Iker Luque, quien ha demostrado estar preparado para desafíos mayores. Su evolución constante auguran un futuro prometedor para este joven talento que, sin duda, seguirá dando alegrías a la afición rojiblanca.
