El Atlético de Madrid empezó con mal pie el torneo liguero sufriendo una derrota ante el RCD Espanyol en la primera jornada por 2-1. Un partido en el que los primeros 60 minutos se vio a un Atlético de Madrid proponiendo juego, en el que un golazo de falta desde la frontal del área de Julián Alvarez adelantó a los rojiblancos y ponía el 0-1 en el marcador. Sin embargo, debido a los cambios de Simeone y el bajón de ritmo, el Atlético se vio abocado a la derrota, en gran parte por el desastre que tuvo lugar en la parte derecha del terreno de juego. Entre Giuliano y Llorente, se perdieron 24 posesiones y se realizó un 10/21 en duelos, algo inexplicable para una banda derecha que no debería haber sufrido tanto.
Catástrofe sorpresiva de Llorente
Uno de los jugadores favoritos de la afición del Atlético de Madrid es Marcos Llorente. Un jugador que pelea cada balón, que se dedica en cuerpo y alma al equipo, no protesta y siempre aporta un nivel físico extremadamente alto al partido. Ayer frente al Espanyol probablemente vimos uno de los peores partidos de Llorente vistiendo la camiseta rojiblanca.
Tuvo una noche desacertada y llena de imprecisiones, siendo el futbolista del Atlético que más balones perdió en la primera mitad. En defensa lo pasó mal frente a las continuas incorporaciones de Carlos Romero, que logró imponerse en varios enfrentamientos directos cogiendo la espalda de Llorente continuamente. Estos problemas se podrían haber solucionado con un cambio por Marc Pubill, un jugador que este verano se ha traído precisamente para traer rigor defensivo y físico cuando Llorente no tenga un buen partido. Su intervención en el partido quedó aún más marcada por la tarjeta amarilla que recibió tras un mal control, acción que acabó en la falta que originó el primer gol del Espanyol. En definitiva, una actuación para dejar atrás.

Giuliano, mucho ruido y pocas nueces
El vástago del Cholo Simeone es otro jugador muy parecido a Llorente, que tiene sangre rojiblanca corriendo por las venas y entiende que el esfuerzo, en este club, no es negociable. Ese fue ayer uno de sus puntos fuertes, ya que sus coberturas defensivas ayudaron a Llorente a sujetar moderadamente a Carlos Romero y la garra que ejerció sobre los defensas del Espanyol al presionar arriba durante la primera parte fue esencial para entender por qué el Atleti estaba dominando el partido.
No obstante, su actuación fue claramente de más a menos. Ya conocemos las limitaciones técnicas de Giuliano, pero ayer se hicieron más notables que nunca. El argentino sufrió a la hora de superar a través del regate al lateral perico durante la mayor parte del partido, y llegó a perder un total de 12 posesiones en ataque. Es necesario que tanto Giuliano como Llorente se pongan las pilas, porque así no llegamos a ningún lado.