Diego Pablo Simeone ya lo adelantó hace unas semanas, cuando el Atlético de Madrid no atravesaba su mejor momento: para crecer colectivamente, primero había que mejorar individualmente. Y si hay un ejemplo claro de ello es Marcos Llorente. El madrileño se ha convertido en pieza indiscutible en el esquema rojiblanco y suma ya 26 partidos completos, disputando todos los minutos posibles en este arranque de temporada.
Tras el derbi contra el Real Madrid, Llorente valoró su espectacular momento en declaraciones a DAZN:
“El ritmo de partidos es una barbaridad. Este dato me motiva para seguir cuidándome igual. Ojalá llegue a 30, 35 o los que sean”.
La confianza de Simeone es total. Su versatilidad, capaz de jugar tanto en el centro del campo como en banda o incluso en defensa, lo ha convertido en un recurso imprescindible. Él mismo lo dejó claro:
“¿Dónde me siento más cómodo? Donde el míster confíe en mí. Si es en el lateral, en el lateral. Yo trabajo para ayudar al equipo”.
Con potencia, llegada al área y capacidad de generar ocasiones, Llorente siempre es clave en citas europeas, como frente al Liverpool. Hoy es uno de los futbolistas más regulares de la plantilla y un reflejo del mensaje que Simeone lanzó: el crecimiento individual como motor del éxito colectivo.