Cuando todo apuntaba a que la etapa de Saúl Ñíguez en el Atlético de Madrid había llegado a su fin, el destino ha dado un giro inesperado. El centrocampista ilicitano, que tenía su traspaso cerrado con el Trabzonspor, ha decidido a última hora rechazar la propuesta del conjunto turco, alegando motivos personales.

El club otomano esperaba al jugador este mismo lunes 21 de julio en Trebisonda, en un vuelo privado procedente de España. Incluso, desde Turquía ya se daban por hechas su llegada y su presentación como nuevo jugador del Trabzonspor. Sin embargo, el propio Saúl frenó la operación en el último momento, tal y como confirmó el club turco en un comunicado oficial. “El jugador nos informó que desistió de su decisión en la etapa final, alegando razones familiares”, explicaron desde la entidad.

Según fuentes próximas al entorno del futbolista, su decisión responde a cuestiones personales. Padre de una niña pequeña, Saúl priorizó mantenerse cerca de su familia, lo que convierte a España en el destino más deseado en caso de abandonar el Atlético. La oferta turca era, en términos deportivos y económicos, muy atractiva: un contrato de cuatro temporadas y un salario de 3,5 millones de euros anuales. Sin embargo, el factor familiar pesó más que cualquier cifra.

El Atlético de Madrid había autorizado al jugador a no incorporarse a los reconocimientos médicos ni al inicio de la pretemporada precisamente para facilitar su traspaso. Con el acuerdo cerrado entre clubes, y también con el propio jugador, en el Metropolitano se daba por hecha su marcha. Su permanencia inesperada abre ahora un nuevo frente para la dirección deportiva rojiblanca.

Con uno de los salarios más elevados del vestuario —en torno a los siete millones de euros netos por temporada— y sin entrar en los planes de Diego Pablo Simeone para el nuevo curso, la continuidad de Saúl representa un contratiempo relevante. Su contrato finaliza en junio de 2026, y desde el club se buscará una nueva salida que satisfaga a todas las partes.

Este inesperado giro en la operación añade incertidumbre a una planificación estival que ya afronta varios retos. El Atlético deberá encontrar ahora una solución viable para un futbolista histórico del club, cuya etapa, aunque dilatada, parece cada vez más desligada del equipo.

Por Javier Astudillo

Estudiante de doble grado de Periodismo+CC Políticas en EEUU. Instagram: javviast

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