El jugador del Atlético de Madrid, Nahuel Molina, que está de vacaciones hasta el 21 de julio, vivió un gran susto en las últimas horas, aunque por suerte sin consecuencias trágicas.
El pasado lunes, ocho personas armadas y encapuchadas asaltaron la casa de su familia en Lanús, Argentina. Según relataron los afectados, los delincuentes ingresaron violentamente y amenazaron a todos los presentes.
En declaraciones a medios locales, el suegro de Molina, Claudio Occhiuzzi, explicó lo sucedido:
«Estábamos en el living mirando la televisión y empezamos a escuchar ruidos en la ventana del comedor. Cuando me acerqué, entró un malviviente vestido de negro y me puso un revólver en la cabeza. Detrás entraron tres más. Me llevaron al dormitorio, me hostigaron, me golpearon y me exigieron que les dijera dónde tenía la plata», relató.
«Cuando cruzaron la puerta del comedor, se tirotearon con la Policía. Hubo más de diez o quince disparos. Uno escapó corriendo y tres se volvieron a meter. Fue el momento de más pánico; pensé que me iban a matar, porque quizás imaginaron que yo les había avisado», añadió.
«Querían salir por el fondo, así que los acompañé e intenté abrir la reja, que tenía un candado. De los nervios no podía abrirla y en todo momento me ponían el revólver en la cabeza y me gatillaban», continuó.
La policía logró detener a tres de los ocho delincuentes involucrados en el violento asalto. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales ni heridos graves.