Por Thanos Nikitaras 
La banda izquierda del Atlético de Madrid es una herida abierta. Y, salvo sorpresa, no se cerrará en este mercado.
Aunque el extremo zurdo que puede ofrecer soluciones tiene nombre y apellido —Álex Baena—, el caso del lateral izquierdo es otra historia. La primera opción era Álvaro Carreras, pero el club no quiso pagar los 50 (ni 40) millones que pedía el Benfica, sobre todo porque todo apunta a que acabará fichando por el Real Madrid. Después se valoraron nombres como Miguel Gutiérrez, pero su salida tampoco es sencilla: el Girona no baja de los 30 millones, y en el Metropolitano consideran que ese precio no es razonable. Hay que cuidar el gasto porque el plan del club incluye varios refuerzos.
Hasta hace poco, el favorito era Álex Grimaldo. Pero tras reunirse sus agentes con el Atleti, quedó claro que su prioridad es volver al Barcelona. Así que, una vez más, el club busca entre descartes.
El “plan B” (o C o D) incluye futbolistas veteranos, en último año de contrato, que podrían llegar gratis o casi. Jugadores de cierto nivel, como Robertson, pero que vienen de malas temporadas. El escocés ha perdido protagonismo en el Liverpool, no renovará y el club inglés quiere sacar algo de dinero por él. Lo mismo pasa con Lucas Digne, aunque su declive empezó hace más tiempo.
Son opciones que recuerdan demasiado al caso Lenglet. El pasado verano sonaron centrales de alto nivel como Hanko (27) o Hincapié (23), pero el Atleti no pudo ficharlos por falta de margen salarial. Así que, en los últimos días del mercado, llegó Lenglet cedido desde el Barça. No fue ni la primera, ni la segunda, ni la tercera opción. Fue un descarte.
Hace años que el Atlético recurre a jugadores libres o en la recta final de su carrera. Casos como Witsel o Azpilicueta, que sí han aportado, pero no marcan la diferencia. El club necesita futbolistas determinantes, y le cuesta encontrarlos… y aún más, ficharlos. Los grandes talentos acaban en equipos más poderosos, o con un proyecto mejor definido. Y cuando aparece una oportunidad, como la de Julián, hay que actuar rápido. Con él, no se escatimó. Se sacó la cartera y se apostó fuerte. Pero con otros, no.
Lo vemos también con Baena, prioridad absoluta del club para este verano. Y, sin embargo, aún no se ha cerrado su fichaje por unos millones de diferencia.
Si el Atlético quiere subir el nivel, tiene que hacer dos cosas: ofrecer un proyecto ilusionante, como hizo con Julián, y gastar con decisión. No se puede fichar a jugadores de élite tratando de regatear 2 o 3 millones. Y, además, hay que ir a por los que quieren jugar aquí. Como Baena. Como Samu Omorodion. Como Cardoso. Incluso como Javi Guerra, que se escapa rumbo a Nápoles. A los demás aún se les puede fichar. Solo hay que cerrar la puerta antes de que se vayan.